domingo, 22 de agosto de 2010


A perdernos

Piensa que te bajas en una ciudad de la cual no conoces ni a donde estas parado, caminas, caminas y caminas, y no pasa nada, nadie te conoce, nadie te escucha, y ni siquiera sabes si ir a la derecha o la izquierda… es estar perdido totalmente en un lugar donde nadie te va a prestar atención… ¿corres, caminas?, ¿preguntas, confías en tu intuición?, ¿te tranquilizas o te desesperas?... eso es lo que significa estar perdido un caos de fragmentos que no sabes como hacer para que se unan, algo muy parecido muchas veces sucede con nuestras vidas y en vez de buscar un mapa, solo seguimos corriendo hacia un punto ciego que no nos dice absolutamente nada.

Diego tenia mucho tiempo que no tenia su ritual del desayuno con los amigos tanto que la única vez al mes que lo hacia se le fue el tiempo y se quedo dormido, eran las diez de la mañana y para no perder tiempo corrió lo mas que pudo por las calles de la ciudad, hasta que se freno y vio a una de sus ex en una tienda de bodas y no tuvo mas remedio que saludarla _parece que te casas –no contigo, pero si, hay estoy tan feliz Diego ¿y tu me imagino que también te casaras?.

Diego sin nada que decir _no ya estoy que termino la universidad, y todavía escribo el blog que me compra la revista pero nada mas.

Ella sin nada que decir sigue chequeando los vestidos y Diego incomodo se despide de ella. _debo irme, voy a reunirme con mis amigos. Corrió un poco mas y a la siguiente esquina estaban los demás comenzando a comer, Alejandro viéndolo con cara de sueño _pensamos que no vendrías, ya perdimos la costumbre pero tampoco para que se te pegaran las sabanas. Diego pidiendo solo un pan de queso _casi todas mis ex están casadas. Alejandro riéndose _contando hasta Mary que solo la has besado. Cristina lo golpea –no seas imprudente.

Mary muda y pensativa _pues yo ya no voy a pertenecer a esa lista, me voy a divorciar hoy me regreso al apartamento Cristina así que necesito que me ayuden a mudarme. Cristina un poco triste –no sabes cuanto lo siento, yo les iba a decir que esta noche me acompañaran a una fiesta de la agencia de modelos pero tu vas a estar ocupada arreglando todo, Alejandro sin ningún motivo le dice _yo puedo acompañarte, no tengo ningún problema.

Cristina pensativa _no lo se, por que tu… Diego ayuda a Alejandro –si Cristina llévalo, por lo menos baila mas que yo pues voy a ayudar a Mary a mudarse es lo menos que puedo hacer si terminamos temprano pues los alcanzamos.

Cristina sonriendo _pues ya que me lo dices tu, mi acompañante va a ser mi peor pesadilla, pero Mary estas segura que no me necesitas. Mary nostálgica _no, no te preocupes, no quiero dañarles a todos la noche con mi virginal fracaso.

La noche llego y Diego cargaba cajas de acá para allá, en el apartamento de Cristina y Mary veía una y otra vez su vestido de bodas –esto fue solo un sueño, del cual desperté sin darme cuenta

_lo vas a superar Mary, te prometo vas a volver a sonreír. Mary lo abraza y con el vestido en mano le pide un favor –acompáñame a quemarlo, necesito hacerlo, estoy tan perdida que creo que necesito abrir un nuevo camino. Diego sin decirle más _si es lo que quieres pues te apoyo.

Suben al balcón de arriba y en un tambor de metal meten el vestido, Diego lo quema y Mary con un cerillo lo quema, ambos ven el fuego el la toma de la mano, la ve a los ojos y sin esperar mas comienzan a estar juntos. Pero ellos no eran los únicos que le ponían un fin a los juegos Cristina después de desfilar y bailar con Alejandro hasta el cansancio le dice _eres la única cita que no se me a muerto así que debe ser una buena señal.

Alejandro viéndola y sirviéndole uno de los tragos de la fiesta _tu y yo estamos destinados eso por mas encierros de ascensor, negaciones que me des y me des el típico cuento de que solo somos amigos no te lo creo.

Cristina _piensa lo que quieras. Alejandro rodeándola con su brazo _soy un tonto por no entender realmente que es lo que quieres pero eres la única para mi. Ambos se besan apasionadamente y terminan en el baño consumando su confuso amor.

Perdidos

Cuando estamos perdidos, cuando no tenemos absolutamente idea de adonde ir, recurrimos a los caminos conocidos, buscamos la brújula de las personas que creemos que nos quieren y nos organizamos nuevamente, chequeamos nuestros juegos perdidos, nuestras peleas ganadas y con quien contamos.

Estar perdido en la ciudad, nos ocurre a todos y es uno de los miedos mas recurrentes en la ciudad pero fácil de superar, no necesitamos caer de un avión o aprender unos números extraños de una isla de caníbales… solo buscar la balsa correcta en cual podamos zarpar a un mejor puerto.

1 comentario:

Juan Duque Oliva dijo...

ojalá consigamos encontrar esa balsa de aceite que nos lleve, o mejor nos dejemos llevar por ella, tenemos tantas ataduras

un abrazo, preciosa escritura